Algunos aspectos sobre la "Entomología Forense"

M. A. Capó , M. V. Peinado, J. Mateos , M. J. Anadón Baselga , Entomofauna cadavérica establecida al aire libre

Tomado de: file:///C:/Documents%20and%20Settings/Administrador/Mis%20documentos/Downloads/Dialnet-EntomofaunaCadavericaEstablecidaAlAireLibre-6370717%20(2).pdf

La publicación de este post, tiene autora propia, a quien tengo que agradecer su deferencia por el permiso otorgado para publicar su trabajo en mi blog. Ella, "Carmen Franco Hernández", es una gran profesional como bióloga y Diplomada en Criminología por la Universidad de Valencia. Independientemente de su preparación, es de agradecer su conciencia y vocación dirigida, en cuerpo y alma, a  la ayuda y atención, tanto a victimas como victimarios. ¡Gracias Carmen! Te deseo lo mejor.

Y, sin mas dilación paso a describir un breve post sobre "la Entomología forense".

El primer documento de un caso escrito por la entomología forense tiene lugar en el s. XIII en un manual de medicina legal Chino. El caso se trataba de un homicidio en el que aparecía un labrador degollado por una hoz. Para resolver el caso a todos los labradores de la zona les hicieron depositar sus hoces en el suelo, solo en una de ella acudían las moscas, por lo que supusieron que en esa hoz había sangre y la relacionaron con el arma del crimen.

Pero no es hasta 1886, en Francia, cuando la entomología aparece como ciencia, cuando los tribunales franceses solicitan la colaboración de unos naturistas para poder fijar la fecha de unos individuos cuyos cadáveres habían sido ocultados y posteriormente encontrados por la policía.

En 1894 Pierre Megnin de profesión veterinario publica la obra de “La faune des cadveres: Application de Ventomologie á la Médicine legale”. En ese momento se forma un grupo de estudio en el que se encuentra el propio autor de la obra, el profesor Bronardell y su alumno Yovanonitch, de la facultad de medicina de París. A pesar de los estudios por estos profesionales de la medicina legal, la entomología forense se ve estancada debido al distanciamiento de los entomólogos especializados y el pequeño número de casos en los que los entomólogos eran requeridos.

A finales del s. XX vuelve a resurgir debido a dos publicaciones muy valiosas, una de ellas es la de Marcel Leclerq en 1978 denominada “Entomología y Medicina Legal, datación de la muerte” y en 1986 Smith publica el “Manual de Entomología forense”. A partir de este momento la entomología forense vuelve a resurgir como una ciencia que colabora estrechamente con la Medicina Legal.

Podríamos definir a la entomología forense como la ciencia encargada de interpretar la información que suministran los insectos necrófagos.

Desde un punto de vista biológico la definiremos como la ciencia encargada de estudiar el hábitat que forma el cadáver dentro de un ecosistema concreto.

Los objetivos de la entomología forense son:
      - Conocer más de la muerte a través del estudio de la fauna cadavérica.
      - Aproximar la poca del año en la que pudo ocurrir la muerte.
      - Verificar que el fallecimiento fue en el lugar donde fue hallado el cadáver o bien determinar que fue trasladado hasta el mismo.
      - Intentar dar fiabilidad y apoyo a otros medios de datación forense.

Para un criminalísta cuando se enfrenta ante un cadáver las 3 preguntas fundamentales que se debe realizar son:
       1) Causa de la muerte.
       2) Data de la muerte.
       3)Lugar de la muerte.

Ante la primera pregunta los artrópodos poco pueden decir pero con respecto a la data de la muerte y lugar, los artrópodos pueden dar respuestas y en algunos casos definitivas.

Cuando el cuerpo muere, existen una serie de procesos bioquímicos, estas reacciones químicas desprenden olor y provocan que los insectos acudan rápidamente, esta atracción lleva a la llegada de distintas especies al cadáver.

Conforme pasa el tiempo la degradación del cadáver va siendo más acusada y aquí se produce una sucesión biológica de la fauna. La comunidad de artrópodos que intervienen en un cadáver forma el conjunto de todos ellos una unidad perfectamente definida a la vez que limitada en espacio y tiempo.

El grado de conocimiento que se tiene del patrón de desarrollo y la sucesión de insectos durante los diferentes estados de descomposición del cuerpo es empleado en la obtención del tiempo transcurrido desde la muerte y el hallazgo del cadáver.

Para ello, han de considerarse unos principios básicos como son:
      1) La colonización de cuerpo por los insectos sigue un patrón predecible de sucesión de especies.
      2) El tiempo de desarrollo para cada estadio de cada especie de insecto es predecible. A parte de la especie del individuo adulto, los huevos las larvas y las pupas también se utilizan para realizar una estimación sobre el  intervalo postmortem.

Existen muchísimas variables que pueden alterar el intervalo postmortal si intentamos establecer dicho intervalo mediante la entomología forense, las variables a tener en cuenta son:
      1) Condiciones meteorológicas.
      2) Latitud geográfica.
      3) Tipo de sustrato.
      4) Lugar: condiciones en las que se halla el cuerpo.
      5) Relaciones intrainterespecíficas de la fauna cadavérica.
      6) Conocimiento taxonómico de las especies y su biología.

Estas variables las hemos de tener en cuenta cuando queremos realizar un análisis de sucesión artropodiana para poder realizar un buen intervalo postmortem.

La temperatura es la variable más importante que afecta al proceso de descomposición de manera que la tasa de descomposición puede elevarse o reducirse e incluso detenerse como se da en zonas polares. La temperatura también interfiere en el ciclo vital de los artrópodos y en su actividad, de forma que los cadáveres encontrados en primavera y verano exhiben una fauna más rica en especies que los encontrados en otras épocas del año, todo dependiendo del lugar donde estemos.

En los cadáveres se produce una progresión sucesiva de artrópodos que utilizan los restos en descomposición como alimento y como extensión de su hábitat. Esta sucesión de artrópodos es predecible, ya que cada estadio de la putrefacción de un cadáver atrae selectivamente a una especie determinada. Aunque el papel de las diferentes especies de artrópodos es variable y no todas participan activamente en la reducción de los restos.

Existen dos métodos para determinar el tiempo trascurrido desde la muerte usando la evidencia de los artrópodos. El primero utiliza la edad de las larvas y la tasa de desarrollo. El segundo método utiliza la sucesión de insectos en la descomposición del cuerpo. Ambos métodos se pueden estudiar en conjunto o por separado dependiendo del estado del cadáver y de los restos que se estén estudiando.

En general las primeras fases de la descomposición del cuerpo, las estimaciones del intervalo postmortal utilizando esta técnica se basa en el estudio del crecimiento de una o dos especies de insectos, generalmente dípteros.

En fases más avanzadas de descomposición se utiliza la composición y el grado de crecimiento de la comunidad de artrópodos encontradas en el cuerpo y se compara con patrones conocidos de sucesión de fauna para el hábitat y condiciones más próximas.

Las primeras oleadas de insectos llegan atraídos por el olor de los gases desprendidos en el proceso de degradación de azucares, grasa y proteínas, estos gases son el amoniaco, ácido sulfúrico, nitrógeno libre y anhídrido carbónico. Estos gases son detectados por los insectos con mucha precisión llegando a detectarlos a más de 3 Km de distancia entre el insecto y el cuerpo.

Los primeros artrópodos en llegar al lugar del cadáver pertenecen a la familia de Calliphoridae (Callíphora vicina), Muscidae (Fannia canicularis) y Sarcophagidae (Sarcophaga carnaria. Estos dípteros son todos necrófagos. Estos dípteros tienen un ciclo vital cuyas distintas etapas deben de conocerse en su duración y características con fines de datación. Las hembras de estos dípteros suelen depositar sus huevos en los orificios naturales como nariz, ojos, boca...El número de huevos depende del estado nutricional de la hembra adulta y de su tamaño corporal, pero se ha observado que existe una relación inversa entre el tamaño del huevo y el número de huevos por paquete (Greenberg, 1991) Los huevos tardan en eclosionar de 2 a 3 días pasando al estadio que se conoce como larva. El estadio de larva presenta tres fases, lo que se conoce como L1 (larva 1),  L2 ( larva 2) y  L3 ( larva 3).

Las larvas son cónicas, blancas y ápodas formadas por 12 segmentos, el huevo eclosiona y las larvas se introducen en el tejido subcutáneo, alimentándose vorazmente. Inicialmente requieren un sustrato con humedad superior al 90% y no líquido pero a medida que el estadio larvario va avanzando la humedad a la que pueden desarrollarse también puede disminuir.

La fase larvaria, es una fase móvil y además las larvas poseen fotofobia. La etapa larvaria dura de 4 a 12 días dependiendo de la temperatura. Al terminar esta fase la piel protectora de las larvas empieza a engrosarse para formar una cubierta protectora muy resistente para pasar a la siguiente fase del ciclo: la pupa.

La pupa la encontramos en los pliegues del cuerpo o de la ropa, siempre lejos del interior del cuerpo. El crecimiento y la trasformación en pupa varía además de con cada especie, con las condiciones del exterior y dependen de la causa de la muerte y del tipo de alimentación. El periodo pupal suele durar entre 5 y 6 días hasta que se produce la eclosión de la pupa para dar lugar al individuo adulto.

Otras especies de la familia Calliphoridae que se encuentran en el óbito aunque en menor medida es la especie Lucilia caesar y Lucilia sericata. Estos géneros normalmente realizan sus puestas en los pliegues del cuerpo y el crecimiento larvario depende fundamentalmente de la temperatura, variando desde 6 días a 31 ºC hasta 24 días a 13 grados.

La familia Sarcophagidae no pone huevos sino que deposita larvas, es difícil encontrar a esta especie con Callíphora sp. esto se debe principalmente a que las larvas de Sarcophaga carnaria es depredadora de las larvas de la familia de Calliphoridae.

Los primeros grupos de coleópteros pertenecen a la familia Dermestidae aparecen con la aparición del ácido butírico en el cadáver. Las especies más importantes son Dermestes maculatus, Dermestes frischii y Dermestes undulatus así como también es frecuente la aparición del lepidóptero Aglossa pinguinalis.

Las hembras efectúan sus puestas durante varias semanas en las fisuras de materia cadavérica, siempre donde haya alimento. Estos huevos eclosionan dependiendo de la temperatura, pueden oscilar desde 3 a 12 días. El ciclo vital de la larva dura entre 4 y seis semanas. Suelen alimentarse de la grasa en descomposición y de larvas de los dípteros anteriormente descritos. Las orugas de Aglossa pinguinalis también se alimenta de las grasas que posee el cuerpo sin vida.


Después de la fermentación butírica le sigue la fermentación caséica de los restos proteicos que queden sin destruir. Cuando acontece este tipo de fermentación frecuentemente suelen acudir dípteros concretamente Piophilia casei, su ciclo vital está alrededor de los 30 días. También es frecuente encontrar especies de la familia Drosophilae. En lo que se refiere a los coleópteros la especie que predomina por excelencia es Necrobia violacea cuyo ciclo vital suele durar de 25 a 35 días.

Después de la fermentación caséica se produce la fermentación amoniacal que proviene fundamentalmente de los grupos aminos de las proteínas. En este periodo nos vamos a encontrar otra vez con los dípteros concretamente con el género Ophira donde las especies más frecuentes son Ophira leucostoma Ophira cadaverina y Ophira ántrax.

También es habitual encontrarnos con el grupo de los fóridos concretamente con Triphleba trinervis, Triphleba hyalinata, Triphleba opaca, Prora aterrina. En la fermentación amoniacal los coleópteros por excelencia que podemos encontrarnos suelen ser casi todos del género Necróphorus sp. Estos coleópteros suelen aparecer cuando el cuerpo se encuentra ya en avanzado estado de descomposición.

Cuando ya han desaparecido casi todos los restos del cadáver y se encuentra en un grado de sequedad bastante importante nos encontramos con grandes masas de ácaros. Suelen encontrarse de 8 a 10 especies, la más estudiadas pertenecen al grupo de los Tirogífidos.

Cuando los ácaros desaparecen el cadáver ya esta completamente seco. Pero todavía aparecen unos coleópteros que van a alimentarse de los restos de pelos y uñas, suelen ser coleópteros del género Dermestes, Attagenus, Rizophagus y también suelen aparecer algunos lepidópteros Aglossa carpealis, Tineola biselliela ....

Cuando solo quedan restos orgánicos, huesos o restos de artrópodos que han ido alimentándose del cadáver aparecen tres especies de coleópteros que se alimentan de estos residuos que quedan, estas especies son: Ptinus brummeus, Trox hispanus y Tenebrio obscurus.

Todo lo descrito anteriormente se produciría en condiciones “normales” pero como hemos mencionado anteriormente existen muchas variables que pueden hacer desaparecer la sucesión “normal” de la descomposición cadavérica ya que además de todos los factores abióticos que van a modificar el proceso de descomposición de cadáver no debemos olvidar que existen fenómenos de pedantismo y canibalismo entre los insectos, por ejemplo, las hormigas y avispas en ocasiones destruyen larvas de dípteros que se desarrollan en el cadáver, por lo que al no quedar resto de las mismas puede dar lugar a confusión o a conclusiones erróneas cuando se quiere determinar el intervalo postmortal.

A pesar de todo, es muy importante tener en cuenta que la entomología forense se basa en el estudio de elementos biológicos, por lo que posee los elementos inherentes a la variabilidad de estos elementos. La determinación del intervalo postmortem mediante este método es más la estimación de la actividad de los artrópodos y sus posibles sucesiones, más que la determinación del tiempo “per se”. Por lo que es muy posible que la data del entomólogo no coincida con la data del médico forense, esto puede ser debido a que los artrópodos no hayan colonizado el cadáver después de producirse la muerte, (debido a las condiciones en las que se pueda encontrar el cadáver) o es posible que debido a las deficitarias condiciones de higiene la persona posea heridas que antes de la muerte ya sean colonizadas por insectos antes de que se produzca la muerte. Por lo que la entomología forense más que un método resolutivo lo consideraríamos un método auxiliar a otros métodos que utiliza la medicina forense para establecer el intervalo postmortem.

Para finalizar este pequeño trabajo a continuación se describe un pequeño protocolo de recogida de muestras:

      1) Recoger una muestra completa de todos los insectos o ácaros que se encuentren tanto encima como debajo del cadáver.
      2) Recoger tanto ejemplares vivos como muertos, estado adulto y larvario y sus posibles mudas.
      3) Si el cadáver es reciente se buscaran huevos en los orificios naturales así como en las posibles heridas.
      4) Las muestras se guardaran por separado e identificadas indicando la zona de la que se obtuvieron.
      5) Parte de las larvas que se hayan recolectado se sumergirán en agua hirviendo para después conservarlas en alcohol, es conveniente que otra parte se conserven vivas, para que después se puedan desarrollar en el laboratorio.
      6) Los ácaros recolectados serán conservados en alcohol de 70ºC
      7) Hay que realizar una estimación de la abundancia de cada muestra
      8) Hay que precisar la fecha, lugar y los datos metodológicos del entorno del cuerpo.
      9) Las muestras hay que enviarlas al entomólogo en la mayor brevedad de tiempo posible.

BIBLIOGRAFÍA.
1. Greenberg B. Flies as forensic indicators. J Med Entomol. 1991 Sep;28(5):565-577.
2. Lord WD, Goff ML, Adkins TR, Haskell NH. The black soldier fly Hermetia illucens (Diptera: Stratiomyidae) as a potential measure of human postmortem interval: observations and case histories. J Forensic Sci. 1994 Jan;39(1):215-22.
3. Campobasso CP, Di Vella G, Introna F. Factors affecting decomposition and Diptera colonization. Forensic Sci Int. 2001 Aug 15;120(1-2):18-27.
4. Introducción a la entomología forense. J. Alfredo Piera Pellicer.
5. Episodios Entomológicos Post Mortem. J.Alfredo Piera Pellicer.
6. Entomología forense. Insectos en la escena del crimen. Moray Anderson.
7. http://www.entomologiaforense.unq.edu.ar/main.htm
8. httt://www.entomologia.rediris.es/aracnet/7/06 forense


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