Estudios científicos ponen de manifiesto la relación directa que existe entre la escolarización y la delincuencia juvenil. La evidencia nos dice que la escolarización aumenta la educación y, a mayor educación y calidad de la misma, mayor posibilidad de acceder a trabajos dignos que refuerzan tanto la motivación, como la economía personal y familiar.
Asimismo, la escolarización aporta beneficios indudables beneficios sociales y personales, respecto a estos últimos, puede afectar al comportamiento de las personas, pues se ha visto que, entre otros beneficios, las hace menos impulsivas, mas reflexivas e incluso incrementa la aversión por llevar acabo acciones de riesgo; con lo que se reducen las oportunidades de trabajar en actividades ilegales, ya que por un lado la privación de libertad reduce las posibilidades de estar en el mercado laboral legal y, por otro, la condena produce un efecto estigmatizante (de rechazo) desde el punto de vista social, de ahí que la educación incremente las oportunidades laborales y estas oportunidades, al mismo tiempo, se constituyen en elementos disuasorios del crimen.
Lochner y Moretti, (2004) especifican,según su estudio realizado en EEUU, que a mayor educación, menor tasa de criminalidad. Para ello, un año extra de asistencia a la escuela reduce significativamente la probabilidad de arresto y encarcelamiento por la comisión de ilícitos penales. Resultados similares se obtuvieron estudiando cambios en las leyes de asistencia obligatoria a la escuela en el Reino Unido (Machin, Marie y Vujic, 2012).
Otros estudios, relacionados con la calidad de la educación impartida, señalan que a mayor calidad educativa, menor tasa de criminalidad (Deming, 2011) en el estudio que realizaron se aprecio en los menores seleccionados para que asistieran a las mejores escuelas fueron arrestados en una frecuencia menor, y los que por motivo penales si fueron arrestados, se aprecio que el número de días de arresto fue también menor.
Jacob y Lefgren (2003), manifiestaron que la escuela, en si mismo, también posee un efecto incapacitante hacia la actividad delictiva; el estudio que efectuaron demostró que a mayor número de horas de escolarización, menor tasa de criminalidad.
Otros autores plantean otras hipótesis de trabajo preguntándose que pasaría con la asistencia escolar en menores con tendencia a cometer hechos constitutivos de delitos.
Particularmente y con independencia del planteamiento que se realice, está claro que fomentar la escolarización y la calidad de la docencia, no debería ser perjudicial de ningún modo, de ahí que el Estado, como responsable de la paz social, así como del resto de derechos de las personas, entre ellos el derecho a la educación y, educación de calidad, esta obligado a destinar los recursos materiales y personales en pro de fomentar las educación de calidad en los menores.
Todo ello, según se dispone en nuestra Carta Magna en su Artículo 27. Libertad de enseñanza. Derecho a la educación. Autonomía universitaria.
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