La homeopatía y sus discrepancias. Una visión médico forense

 MAS , 2018
Hoy, como en otras ocasiones, voy a tratar un tema de gran actualidad no exento de polémicas y discrepancias. Éste deriva de la reciente noticia de fecha 27 de diciembre de 2018, publicada en el periódico Granada hoy”, sobre la denegación judicial, por medio de auto motivado, de la solicitud de una familia para instaurar un tratamiento  homeopático a su hijo, que se encuentra en situación de muerte cerebral tras una intervención  quirúrgica, en principio, sencilla. La juez razonó el auto alegando que, dicho tratamiento "no estaba autorizado por su médico responsable y que, el coma no revertiría con el tratamiento propuesto por los familiares".

Pero… ¿Qué es la homeopatía? ¿Que se supone que cura? ¿Por qué su rechazo por la comunidad científica?

En respuesta a estas preguntas, de forma muy sucinta, expongo:

La homepatía es un método terapéutico de base, hoy por hoy, no reconocido como científico en España, ni en otros países del mundo, pues no se ajusta a los principios propios del método científico, según lo dicho por Descartes en su obra " Discurso del método para conducir bien la propia razón y buscar la verdad en las ciencias (Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la vérité dans les sciences)".

La homeopatía persigue la curación de las personas a través de determinadas sustancias de origen natural, conocidas como “remedios”, las cuales se prescriben conforme a la “ley de la semejanza”.  

Retrocediendo en el tiempo, la homeopatía  surge en Alemania con Samuel Hahnemann (1755-1843), a finales del siglo XVIII. La cual, se apoya en tres principios básicos:

     1. Ley de semejanza o similitud (origen hipocrático).
     2. Individualización del enfermo y no de la enfermedad.
     3. Microdosis de sustancia activa para conseguir el remedio homeopático.

Los defensores de la homeopatía dicen que su método "si" es científico, pues está basado en el pensamiento empirista, que va de lo general a lo particular. Es decir, para que nos entendamos, los síntomas que se valoran en una enfermedad en concreto, son los “propios” de cada enfermo, en particular. En pocas palabras, la homeopatía, mejor dicho los homeopatas, pautan un remedio u otro atendiendo a las manifestaciones de quien solicita el mismo, lo que hace imposible que cualquier otra persona afín o no a la homeopatía pueda reproducir el experimento. 

Además, los seguidores del tratamiento homeopático venden sus bondades, haciendo gala a que no posee efectos secundarios, ni contraindicaciones, y que sus efectos, basados en los tres principios enumerados, consisten en que "una sustancia que puede causar ciertos síntomas a una persona sana, también puede curar esos mismos síntomas en una persona enferma".

Así y todo, pese a la falta de pruebas científicas sólidas que la avalen, la homeopatía es una de las terapias más extendidas en el mundo, se practica en Europa, América Latina y Asia. En la India, la homeopatía se practica en los servicios nacionales de salud y hay más de 100 facultades de medicina homeopática y más de 100.000 médicos homeópatas.

Los homeópatas, dicen que con el tratamiento homeopático se tratan alteraciones sencillas en su fase aguda (costipados, gripe, sinusitis, asma, cistitis, alteraciones gástricas, infecciones...). Al parecer, también es utilizada en personas con patologías crónicas para disminuir los síntomas que pudieran producir estas (dolor, inflamación...), pues según se dice, esta terapia ayuda a soportar mejor cualquier tratamiento largo e invasivo.

De ese modo, con independencia de que se aplique y se considere efectiva por parte de sus defensores, muchos científicos, están totalmente en contra de la homeopatía, pues creen que, se mire como se mire o se analice como se analice, no tiene en cuenta las leyes de la ciencia y, por tanto, sus beneficios no pueden ser muy distintos a los efectos del placebo como sustancia inerte.

Con la intención de considerar la homeopatia, como una posibilidad terapéutica más, basada en el razonamiento científico, expertos han determinado, tras agrupar los tratamientos según la patología a la que iban destinados, la inexistencia de pruebas convincentes de que la terapia utilizada sea eficaz, pues con las diluciones infinitas de los agentes que se utilizan, éstos han dicho que no se puede producir ningún efecto. Incluso, advierten de que una fe exagerada hacia ellos, con rechazo a los fármacos propios de la medicina científica, ponen en riesgo no solo la salud, sino también la economía del paciente. 

Respecto, al criterio médico legal de estas terapias alternativas, como la homeopatía,  se considera que las mismas entran de lleno en el grupo de las pseudociencias por no seguir, tal como estamos diciendo en todo momento, las reglas del método científico. Por tal motivo, el médico forense, difícilmente las podrá aconsejar como remedio terapéutico en casos graves e incluso irrecuperables, tal como lo es, el que al inicio de este post he comentado con relación al auto de la jueza que no ha autorizado aplicar la terapia homeopática a un paciente en situación de muerte cerebral.

Así las cosas, solo pido que seamos sensatos, que nos alejémonos de todo lo que sea falaz y de todo lo que se aparte del método científico, pues nuestra salud y la de los demás es un gran tesoro que debemos proteger, por nuestro bien y el de la sociedad en general.

BIBLIOGRAFÍA

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Smith R. (2006). The trouble with medical journals. London: Royal Society of Medicine Press.



Comentarios

  1. Muy bien. La homeopatía no puede ser considerada como sustituto de la
    Medicina científica

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